Page 16 - Edición 12 - Revista del Repuesto Automotor
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Don Peripecio

          lanzó furibunda la “muralla” a la                              có al conductor y le rogaba que
          que se arrimaba.                                               le devolviera la plata porque se
          En un santiamén se formó la za-                                había equivocado de bus y como
          lagarda,  todos  opinaban;  que  la                            yo estaba harto de mi “tour me-
          frecuencia  de  las  troncales  era                            tropolitano”,  aproveché  de  ayu-
          pésima,  que  las  micros  rosadas                             darla con un gesto al más puro
          no son las que van a La Florida,                               estilo  de  gentleman  londinense.
          que  son  las  azules,  no  las  ver-                          La  tomé  del  brazo  para  bajarla,
          des! -dijo una cabra chica-, que                               la dejé sentadita en el hermoso
          ahora  había  que  hacer  hasta                                paradero y le expliqué que po-
          trasbordos,  que  las  micros  de                              día  subirse  de  nuevo  sin  pagar,
          acercamiento, más bien parecían                                tan solo acercando la tarjeta Bip
          de  alejamiento,  aparte  de  su                               al  lector  del  próximo  bus.  De
          apariencia de suegra, es decir feas, sucias y viejas, acotó el   paso le regalé lo que quedaba de las flores y chocolates
          pelusa, que a quién se le ocurriría este famoso modelito   que le llevaba a mi Reina cumpleañera, y que seguro me
          de  transporte  urbano,  que  los  90  minutos  que  duraba   tiraría por la cabeza si le entregaba como obsequio en
          el pasaje se le habían agotado en un solo tramo porque   tan deplorables condiciones. Ella, agradecida, me sonrió
          había tenido que esperar mas de una hora en el punto   y rememoró los tranvías de antaño y hasta los troles de
          intermedio, que cuando se arreglaría esta cuestión…!   Valparaíso, esos sí que eran buenos tiempos! – dijo al des-
                                                       pedirse de mi-.
          El chofer casi lloraba, la gorda parecía un volcán a punto
          de explotar del dolor de callos, el pelusa que se había   -Más vale tarde que nunca mijita! -, le dije a la Bruny des-
          colado sin pagar y estaba siendo bajado del bus por un   pués de darle un fuerte abrazo y desearle un cumple feliz.
          inspector, gritaba toda clase de improperios al fiscaliza-  Me sonrió y pícaramente agregó – Te apuesto que la culpa
          dor y la cursi Blondie desesperada por la que se había   es del Transantiago!. Así no más es gordita - repliqué-, y per-
          armado, quería bajarse y buscando infructuosamente el   done pero su regalo se lo di a una abuelita,  porque lo de-
          cordelito del timbre para parar el trans-former, tiró por   jaron pa’ la historia en los pasillos. – Vaya chiva agregó!-  ya
          error el cordón del cortaviento del gordito, al que por   no tan sonriente… - No se preocupe mi vida, igual le tengo
          el apretón se le escapó un aromático silbido por la re-  preparado otro regalito, una vez que termine su fiesta, em-
          taguardia…                                   pieza nuestro Carnaval!. – ¿cual Carnaval Peri? – Preguntó
          Una tierna abuelita que recién se había subido, se acer-  curiosa – y yo en ese momento río, solo me Río.








































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