Por Alexis Cares.
Una carretera secundaria hacia el norte se disfraza de ingeniero en obras y construye un embriagante espectáculo visual de verano… El atardecer ya es un hecho y las montañas, el viento y esos tonos anaranjados que esparce el fin de la jornada del sol, redondean una postal relajante, mágica, incluso el calor intenso ya dio tregua a un cierto momento de frescura.
Respiro, observo y sonrío mientras cruzo todo ese entorno en la BMW R1250 RT, una suerte de traslado en primera clase sobre dos ruedas.
El viaje en esta motocicleta hecha y pensada para eso, es una experiencia de suavidad, de sonido, de poder, pero todo sobre de una atmósfera high class como pocas arriba de una máquina que desciende de la cruza del placer y de la perfección.
El motor es un rey probado y venerado, el bóxer de 1.254 cc con dos cilindros de la casa. Solo para quienes hayan pasado de largo en cuanto a lo que significa este propulsor, les diré que es galáctico y que sus 136 caballos de potencia, solo saben dar y dar hasta el infinito.
Y acá un alcance sobre su poder torqueador, que si bien ya lo conocía en sus hermanas más de corte adventure, acá también luce y mucho: son 143 Nm capaces de todo, solo comparables a un gladiador de aquellos ovacionados, invencibles e inmortales.
Con pesos, combustible y demases son casi 300 kilos los que mueve con soltura, contundencia, pero sin ademanes bruscos ni descontrolados.
Acá la tecnología, la hechura, la horma, la electrónica y todos los detalles confluyen para vivir una experiencia inmejorable arriba de una moto que enamorará a los metros a cualquier aficionado al touring y aquellos largos viajes. Bueno y si el viaje es corto, será igual de rico, pero quedaremos con ganas de más y más.
Pasé por sus ahora cuatro modos de conducción: Rain, Road, Eco y Dunamic. En este último y con la carretera abierta y el asome de curvas desafiantes, el escenario se pone más despierto, más audaz, pero siempre bajo una sensación de dominio y control del conjunto que nos convence de la obra maestra que hace ya bastante creó la gente de BMW Motorrad en este acápite.
Como la moto es pesada y en algunas curvas muy cerradas podemos incluso llegar a detenernos, no hay drama gracias a las ayudas para salir en pendiente. O bien retomar la marcha en la rampa de un estacionamiento subterráneo donde se formó atasco porque a alguien no le se le abre la barrera (vaya momento en una máquina como ésta).
Luego, al aire libre y con la carretera por delante, les diré como en aquel anuncio clásico del piloto del avión cuando ya todo va arriba: relájense y disfruten el vuelo. Pero este es uno diferente, superclass, hasta con música si queremos y que sale desde su exquisito sistema de sonido.
Mis cosas van en las maletas laterales incorporadas, tengo guanteras cerca del manillar y un asiento más bajito de 805 mm de altura al suelo que le viene muy bien a mi estatura tamaño medio (1.72 cm). ¿Es necesario comentarles que cuando la fui devolver era lo que menos quería hacer en la vida?