Preparar nuestros vehículos para enfrentar el otoño e invierno y lo que conllevan estas estaciones es indispensable, no solo por seguridad sino por ahorro y comodidad.
En este plano es que existen recomendaciones estratégicas para enfrentar el frío, la falta de luz, la lluvia, la nieve, y todo lo que implica condiciones extremas en la ruta.
Visión Óptima: luces y parabrisas
Lo principal es poder ver claramente la ruta. Nuestra geografía es tan diversa que los climas también son muy diferentes y extremos de norte a sur, por lo que la visibilidad es clave y esencial. Por ello, una de las principales recomendaciones es la revisión de las luces del vehículo.
Es importante que se realice una revisión especial a todas las luces del vehículo y se realice el cambio de las ampolletas que estén quemadas o no funcionen, dado que enfrentar la ruta con luces en mal estado, reduce la visión de campo y confunde el tráfico del resto de los vehículos.
De la misma forma es importante regular la luminosidad de las luces en la ruta. Utilizar luces altas inadecuadamente puede provocar encandilamientos en la visión de otros conductores e incluso se pueden producir accidentes.
Los neblineros también son parte de una buena visión en zonas donde la ruta es más oscura o cerrada, por lo que también se deben revisar y mantener en buen estado.
Respecto a la visibilidad del parabrisas es importante siempre tener una visión limpia y si el limpiaparabrisas está en malas condiciones, ya tenemos un serio problema. No sólo porque no se enfrentará adecuadamente a la lluvia, sino que también, si está muy seco después de un fuerte verano, este puede rayar el parabrisas debido a su sequedad.
Por eso es importante revisarlo, ver que no tenga grasa y que sus gomas estén bien situadas y completas. De lo contrario la recomendación es cambiar las varillas de inmediato.
El líquido limpiaparabrisas también es un elemento a considerar, tanto en su estado como en su calidad dado que debido a sus componentes reducen el punto de congelación y permiten un buen producto cuando el parabrisas está congelado o cuando está sucio.
La limpieza de todos los espejos y vidrios por dentro del vehículo también es parte de un adecuado entrenamiento para que la visión del vehículo esté en óptimas condiciones. Eliminar el polvo, la grasa y la suciedad es indispensable para evitar la formación de vapor que empañe la visión.
La Estrategia mecánica
Un buen conductor siempre sabrá como enfrentar la ruta, ya sea en el norte en el desierto de Atacama, en la nieve que cubre Lonquimay, o la intensa lluvia que cae copiosa en Chiloé. La geografía chilena nos entrega todos los climas extremos y los múltiples paisajes que lo caracterizan, lo que también exige una adecuada preocupación respecto del estado de un vehículo en invierno.
Por ejemplo, si el líquido refrigerante es de mala calidad o está en mal estado, el motor del vehículo podría averiarse, lo que saldría más caro que cambiarlo; por eso es importante llevar el vehículo al taller de confianza y con técnicos profesionales que hagan un adecuado chequeo en puntos tan relevantes.
Neumáticos
Aunque los neumáticos son importantes todo el año, en invierno aún lo son más, debido a las condiciones climáticas de lluvia y nieve. Si el neumático no se adhiere adecuadamente al asfalto puede causar un grave accidente, por eso es necesario revisar la profundidad del dibujo del neumático para verificar el desgaste y realizar los cambios que corresponden de acuerdo a las recomendaciones del fabricante. La presión de los neumáticos también es importante, por lo que requiere de un constante chequeo y cuidados donde destaca:
- Mantener la presión de las ruedas conforme a las especificaciones del fabricante.
- Comprobar cada 15 días con nanómetro de neumáticos digital.
- Revisar la presión de la rueda de repuesto.
- Vigilar periódicamente el desgaste desigual del neumático.
- Revisar la suspensión.
- Observar posibles fugas de aire por las válvulas.
- No sobrepasar los límites de velocidad establecidos por el fabricante del vehículo, de la vía o del neumático.
- No montar neumáticos de marcas o especificaciones distintas a las recomendadas.
- Revisar visual y periódicamente el estado de las llantas y evitar golpes en ellas.
Batería
Las bajas temperaturas también afectan a las baterías de los vehículos, por lo que su estado también depende de la atención que tengamos con ello, dado que es el propulsor del motor.
Debemos siempre comprobar el nivel de carga de la batería. A veces simplemente se hace “de oído” porque conocemos el vehículo al encender la marcha. Si el arranque es lento estamos en problemas.
También existe una detección profesional con el amperímetro, que es un aparato con dos polos que conectaremos a los bornes y que nos dará el voltaje a través de una pantalla. Si la lectura es menor a 12,5 voltios debemos actuar de inmediato.
De la misma forma es importante ser cuidadosos y evitar dejar prendidas las luces, puertas abiertas, cualquier descuido que después nos pase la cuenta con la batería.
Afortunadamente los vehículos más modernos tienen tecnología automatizada que ayudan con estos detalles importantes.
Niveles líquidos
Destacamos el control en el nivel de todos los líquidos que permiten el adecuado funcionamiento de un vehículo. Por ejemplo en lo que se refiere a líquido de aceite porque es un elemento que permite que no forcemos la mecánica del motor y lubrique todos los rincones del propulsor.
Lo mismo ocurre con el líquido de frenos, el que hay que revisar periódicamente para evitar que esta importante parte del vehículo funcione adecuadamente y evite un accidente por desgaste.
Autocuidado
El invierno nos exige un especial autocuidado, especialmente si las inclemencias del frio, lluvia o nieve nos enfrentan a un accidente o simplemente una pana en el vehículo.
Por eso es indispensable, además de mantener un botiquín de emergencia, tener una manta de abrigo, guantes, linterna, cadenas para la nieve, y todo lo que creamos necesario para estar realmente preparados en ruta.