La seguridad, en todas sus dimensiones, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. No solo hablamos de la seguridad pública, que lamentablemente vemos deteriorada día a día en nuestro país, sino también de una seguridad más silenciosa pero igual de urgente: la seguridad vial y la integridad de las personas que se movilizan por nuestras calles y carreteras en medio de un contexto cada vez más complejo.
En este escenario, la industria del aftermarket automotriz tiene un rol clave que asumir. Desde la provisión de repuestos seguros y certificados hasta la mantención técnica responsable de vehículos, somos parte de la cadena que permite que millones de personas se trasladen diariamente con mayor confianza y resguardo. Fallas en frenos, dirección, luces o neumáticos —las más frecuentes en las Revisiones Técnicas— no son solo cifras: son oportunidades perdidas para prevenir accidentes.
Pero no se trata solo de cumplir con una inspección. Se trata de cuidar a las personas. Cada vehículo que funciona bien es una posibilidad menos de accidente. Cada repuesto de calidad instalado a tiempo es una vida que puede seguir su camino con tranquilidad.
Paralelo a lo anterior, debemos hablar de la seguridad en los espacios donde se construye el aftermarket. Barrios comerciales como 10 de Julio o el barrio Brasil, son núcleos históricos de actividad para nuestro sector. Allí se mueven diariamente técnicos, comerciantes, compradores, repartidores y clientes, en un ecosistema vital, como muchos en el país, que hoy se ven amenazado por la delincuencia, el comercio informal y la falta de fiscalización.
Proteger estos barrios es también proteger nuestra industria. Y sobre todo, proteger a las personas que le dan vida. Desde CAREP, alzamos la voz no solo por una movilidad más segura, sino también por entornos laborales y comerciales más dignos y protegidos.
En un país que hoy enfrenta desafíos complejos en materia de seguridad, desde CAREP renovamos nuestro compromiso con una movilidad más responsable, más profesional y, sobre todo, más humana.
Trabajemos juntos para que la seguridad no sea un privilegio, sino un estándar. Como gremio, como industria y como sociedad.