Por Pedro Álamos, Gerente General de ProREP
La industria de los envases y embalajes tiene una oportunidad enorme en el contexto de la Ley REP. En primer lugar, esta ley tiene aparejado un cambio cultural muy importante respecto a la relación que tienen los consumidores y respecto a los productos que consumen y las consecuencias ambientales asociadas a los mismos. Por otra parte, establece incentivos claros a opciones más sustentables. Las metas de reciclaje aumentan cada año de forma progresiva, por lo tanto, existe -desde el día uno- una presión para mejorar la gestión de los residuos que permitan cumplir con estas metas de reciclaje, pero también se estimula el uso y fabricación de envases y embalajes más reciclables.
El reglamento que acompaña a la Ley REP también contempla la obligación de modular las tarifas de los Sistemas de Gestión, de tal forma que se reconozca el ecodiseño y establezcan precios diferenciados en función de las características de los envases o la reciclabilidad de los distintos materiales que utilizan. O sea, que las tarifas de los Sistemas de Gestión aplicadas a los productores de envases y embalajes deben reconocer los atributos diferenciales y buenas prácticas y que estas castiguen a aquellos envases menos sustentables. En este sentido, ProREP se preocupó de establecer una modulación a nivel de material en sus tarifas, lo que, sin duda, constituye un aporte a la transformación a nivel productivo que se busca y se alinea con el espíritu de esta Ley.
La normativa también establece un incentivo directo en la reutilización o retornabilidad de los envases y embalajes, eximiendo a aquellos envases de tener que cumplir con las metas de reciclaje. Aquellos envases que sean reutilizables o retornables no se consideran puestos en el mercado, por lo tanto, las empresas tienen un incentivo económico directo para aumentar la reutilización y retornabilidad de sus envases, lo que les significan un ahorro directo dentro de los Sistemas de Gestión.
En ProREP estamos trabajando en este sentido, impulsando también aquellas buenas prácticas que lleven a que envases complejos puedan ser reciclados, o reduciendo las barreras que impidan su recolección, como las que surgen por las distancias geográficas, dificultades logísticas, o por los altos costos que implica la recolección y valorización de algunos envases. Hay sectores como el automotriz, la minería y agricultura, entre otros, donde muchos de los envases son complejos de gestionar pensando en reciclaje, entonces, estamos enfocados en ir resolviendo y generando un ecosistema dentro del cual estas problemáticas puedan ser enfrentadas de común acuerdo entre diversos actores.
También tenemos pensado, a futuro, generar incentivos a la incorporación de material reciclado en los envases, ya que, si bien la Ley REP está orientada en aumentar las tasas de recolección y reciclaje, si al mismo tiempo no se tracciona la demanda de los materiales reciclados, lo único que tendremos son montañas de materiales que no tienen una vía para volver al ciclo productivo.
La Ley REP trae aparejados importantes mejoras en los envases y embalajes, tanto a nivel industrial como domiciliario. Hoy llegó el tiempo de la implementación de estos cambios, por lo que, sin duda, de ahora en adelante veremos mucha más innovación y tecnología en el sector, ya que son numerosas las empresas del sector automotriz que están trabajando junto a nosotros.